NAVIDAD

Imágenes de Navidad
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NAVIDAD
"María Madre", de Gloria Fuentes La Virgen sonríe muy bella. ¡Ya brotó el rosal, que bajó a la tierra para perfumar! La Virgen María canta nanas ya. Y canta a una estrella que supo bajar a Belén volando como un pastor más. Tres reyes llegaron; cesa de nevar. ¡La luna le ha visto, cesa de llorar! Su llanto de nieve cuajó en el pinar. Mil ángeles cantan canción de cristal que un clavel nació de un suave rosal.
PORTAL DE BELÉN
"María Madre", de Gloria Fuentes La Virgen, sonríe muy bella. ¡Ya brotó el rosal, que bajó a la tierra para perfumar! La Virgen María canta nanas ya. Y canta a una estrella que supo bajar a Belén volando como un pastor más. Tres reyes llegaron; cesa de nevar. ¡La luna le ha visto, cesa de llorar! Su llanto de nieve cuajó en el pinar. Mil ángeles cantan canción de cristal que un clavel nació de un suave rosal.
NIÑO JESÚS
Palmas de Belén que mueven airados los furiosos vientos que suenan tanto. No le hagáis ruido, corred más paso, que se duerme mi niño, tened los ramos. El niño divino, que está cansado de llorar en la tierra por su descanso, sosegar quiere un poco del tierno llanto, que se duerme mi niño, tened los ramos. Rigurosos yelos le están cercando, ya veis que no tengo con qué guardarlo. Ángeles divinos que vais volando, que se duerme mi niño, tened los ramos.
NIÑO JESÚS
"La niña a quien dijo el ángel", de Lope de Vega El niño recién nacido no mueve la pura lengua, aunque es la sabiduría de su eterno Padre inmensa. Mas revelándole al alma de la Virgen la respuesta, cubrió de sueño en sus brazos blandamente sus estrellas. Ella entonces desatando la voz regalada y tierna, así tuvo a su armonía la de los cielos suspensa. Pues andáis en las palmas, Ángeles santos, que se duerme mi niño, tened los ramos.
ÁNGELES DE NAVIDAD
El niño divino, que está cansado de llorar en la tierra por su descanso, sosegar quiere un poco del tierno llanto, que se duerme mi niño, tened los ramos. Rigurosos yelos le están cercando, ya veis que no tengo con qué guardarlo. Ángeles divinos que vais volando, que se duerme mi niño, tened los ramos.
CANTEMOS AL NIÑO DIOS
El niño divino, que está cansado de llorar en la tierra por su descanso, sosegar quiere un poco del tierno llanto, que se duerme mi niño, tened los ramos. Rigurosos yelos le están cercando, ya veis que no tengo con qué guardarlo. Ángeles divinos que vais volando, que se duerme mi niño, tened los ramos.
ÁNGELES EN EL PESEBRE
Pues andáis en las palmas, Ángeles santos, que se duerme mi niño, tened los ramos. Palmas de Belén que mueven airados los furiosos vientos que suenan tanto. No le hagáis ruido, corred más paso, que se duerme mi niño, tened los ramos. El niño divino, que está cansado de llorar en la tierra por su descanso, sosegar quiere un poco del tierno llanto, que se duerme mi niño, tened los ramos. Rigurosos yelos le están cercando, ya veis que no tengo con qué guardarlo. Ángeles divinos que vais volando, que se duerme mi niño, tened los ramos
HA NACIDO DIOS
Pues andáis en las palmas, Ángeles santos, que se duerme mi niño, tened los ramos. Palmas de Belén que mueven airados los furiosos vientos que suenan tanto. No le hagáis ruido, corred más paso, que se duerme mi niño, tened los ramos.
NIÑO JESÚS
"Jesús, el dulce, viene", de Juan Ramón Jiménez Jesús, el dulce, viene, las noches huelen a romero. ¡Oh, qué pureza tiene la luna en el sendero! Palacios, catedrales, tienden la luz de sus cristales insomnes en la sombra dura y fría. Mas la celeste melodía suena fuera. Celeste primavera, que la nieve, al pasar, blanda, deshace y deja atrás eterna calma. ¡Señor del cielo, nace, esta vez en mi alma!
JESÚS VIENE
"Jesús, el dulce, viene", de Juan Ramón Jiménez Jesús, el dulce, viene, las noches huelen a romero. ¡Oh, qué pureza tiene la luna en el sendero! Palacios, catedrales, tienden la luz de sus cristales insomnes en la sombra dura y fría. Mas la celeste melodía suena fuera. Celeste primavera, que la nieve, al pasar, blanda, deshace y deja atrás eterna calma. ¡Señor del cielo, nace, esta vez en mi alma!
VEN JESÚS, NO TARDES
En los nudosos rediles las ovejuelas se encogen, la escarcha en la hierba helada beben pensando que comen. No lejos los lobos fieros, con los aullidos feroces, desafían los mastines, que adonde suenan, responden. Cuando las oscuras nubes, de sol coronado, rompe un Capitán celestial de sus ejércitos nobles, atónitos se derriban de sí mismos los pastores, y por la lumbre las manos sobre los ojos se ponen. Los perros alzan las frentes, y las ovejuelas corren unas por otras turbadas con balidos desconformes. Cuando el nuncio soberano las plumas de oro escoge, y enamorando los aires, les dice tales razones: «Gloria a Dios en las alturas, paz en la tierra a los hombres, Dios ha nacido en Belén en esta dichosa noche.