Tocar una realidad implica comprometernos con ella. La tentación es muchas veces huir, no complicarnos la vida, asegurarnos un ambiente de paz y seguridad junto a los “nuestros”.
El desafío es ser valientes y honestos en nuestra respuesta a las realidades que encontramos. ¿Buscas ser un agente de cambio allí donde estás? ¿Es tu presencia significativa desde los valores evangélicos? Toma conciencia de las realidades que tocas y por las que estás dispuesto a dejarte tocar, y cuáles otras rehúyes: en tu trabajo, con tus amigos y familia, en tu vecindario, etc