Gálatas 6:7-8. Esta vida terrenal es temporal, y todo lo que hagamos, producto de nuestras decisiones, tendrán consecuencia eternas. Así que, cada vez que tengamos oportunidad, hagamos el bien; no pensando en las consecuencias, sino, creyendo que nuestros actos son el fruto del amor que Dios ha derramado en nuestros corazones, y de la fe que profesamos a Cristo.