-Cuesta creer, Ezra. Pero eres mi hijo...y te amo- dice Lucille y le toca el rostro. Ezra se aparta. - ¿Qué pasa? - ¿Tú me pusiste ese nombre? ¿Ezra? ¿O fue la mujer mala? Ezra se miraba firme. Lucille guardó silencio. -Jamás me buscaste, ni siquiera sabías mi nombre hasta el día de hoy- la voz de Ezra se quebraba. -Yo era la reina, Ez. Y tu padre era un imbécil... -Sin ofenderte, pero también lo eres tú- responde y el celador apaga las luces. -Te amo hijo, siempre lucharé por ti.
We think you’ll love these